lunes, 16 de julio de 2012

Ejes

Durante una clase de matemáticas descubrí la existencia del eje Z con una dirección perpendicular a los dos otros: X e Y. Este nuevo eje crea una profundidad, el espacio. Había vivido quince años de mi vida sin saber que había un tercer eje, cosa no muy sorprendente la verdad. No obstante, me pregunté cuanto tiempo había de pasar para que un cuarto eje hiciera irrupción en mi vida, [¡Qué ironía, el cuarto eje es el del tiempo!]

Después de aquella clase me pregunté si algún día algún ser humano descubririá otro eje de pensamiento político y sobre todo de pensamiento económico, porque actualmente solo se dirige sobre el eje X, entre la izquierda y la derecha. Me pregunté si algún día la Opinión política y económica abandonaría la porfía de la recta y se desplazaría por el plano y quizás por el espacio, [por el Hipercubo lo veo poco probable].

El ser humano, como un soldado montando la guardia, se dirige de un extremo a otro de la recta de sus opiniones. No ha cambiado en dos siglos su orientación. 

No estoy alentando el cambio; una nueva ideología traería consigo sus defectos visto que el hombre siempre busca una ideología perfecta: no real. Tampoco quiero decir con esto que las cosas tienen que quedarse como están. Solo quiero subrayar la tozudez humana que siempre permanece en un eje de pensamiento. 

Antes de llegar a primero de Bachillerato jamás sospeché que hubiera un nuevo eje llamado Z, sin embargo siempre ha existido. Matemáticamente siempre existe una alternativa desconocida que se puede buscar mediante la razón. El problema en la práctica a la hora de buscar una alternativa matemática es que no se pueden despreciar las fuerzas de rozamiento y las emociones (que sin duda actúan también como una fuerza de rozamiento para la razón humana). La alternativa siempre existe pero jamás será perfecta.

T.B.R

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