sábado, 12 de mayo de 2012

El Hipercubo

Despierto temprano, me visto, desayuno y como todos los días, desde que soy niño voy a la parada de bus. Entre el frío y la bruma, al final de la calle, se despunta el autobús del gran sol achicharrado de la Ciudad Gris.


Entro en el bus, me siento en el sitio habitual y escucho música. De súbito oigo a mis espaldas una chica que me hubo de sorprender: le decía a su amiga: ''Hola Malena'' continuamente. Me quito los auriculares y le pregunto por qué dice aquello, visto que esa frase me suena de algo, pienso haberla escuchado en algún sitio. Me responde que esa frase la había pronunciado en la radio un hombre con una voz fresca, como en los anuncios de dentífricos, manteniendo la ''a'' final, durante su último sueño. Le digo que su imitación es perfecta. La chica zanja la conversación: ''gracias, a mí también me parece perfecta''.


Me vuelvo a poner los auriculares y medito. 


El mero hecho de que ella supiese imitar perfectamente la voz del hombre de su sueño, me lleva a pensar que ella necesita haberlo visto o estar viéndolo, para poder imitarlo y que si la imitación que hace nos parece a ella y a mí tan perfecta, tan real, es simplemente porque hemos oído los dos aquel hombre hablar, y por consiguiente el hombre, la chica y yo [¿elemento neutro?] pertenecemos al mismo sueño, al sueño de la chica, a su realidad.


Llevo ya atrapado un cierto tiempo en el sueño de la chica, he conseguido oír un disco de Angus Maclise varias veces, no puedo hacer nada. Decido observar y esperar a ver qué pasa. Veo que el tiempo tiene un periodo muy rápido, que hace que no me aburra fácilmente. Empiezo a escribir lo que está sucediendo para que quede un testimonio de esta situación tan irracional. No obstante, al ver que el bus lleva haciendo repetidamente su recorrido, me desanimo. Furioso, viendo el tiempo pasar (seguramente a otra velocidad que en la realidad, ya que nos encontramos en otra dimensión. Los años pasan como minutos. [ me dirán, ''un poco como nuestra realidad'' ] ) y oyéndola repitir ''Hola Malena'' a su amiga, termino sorprendentemente, ya que no está en mis constumbres caballerescas, ejerciendo: una fuerza normal, variable, con trayectoria semicircular sobre una superficie equivalente a su mejilla derecha, o como otros dicen: una bofetada. Ella seguramente se hubo despertado, quedando mi escrito y yo mismo encerrados en el bus, con Angus Maclise, eternamente en el Hipercubo.



Cámara: Leica lux-c 3    Masiaf, al pie del castillo de los Asesinos


 Siria  2010

L'Hipercube selon Dorregue






T.B.R

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